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3.2.1.Historia Resumen

Historia
Excavaciones practicadas en la “Cueva de la Charneca”, situada en la sierra de la Francisca, y las pinturas rupestres existentes, vislumbran que en dicha cueva ya existía un asentamiento en el Neolítico, sobre el VI y III milenio a. C. (1)










También debido a los restos encontrados, tanto en la cueva de la Charneca, como en la sierra del “Morro”, en cuya falda se asienta actualmente la localidad, hacen suponer que en dicho lugar hubo un poblado entre el 2500 y 2000 a.C.











Gracias a los trabajos realizados en el yacimiento “El Palomar”, a principios del año 1998, fue descubierto un poblado de los inicios de la Edad del Hierro, que se extiende por una zona llana y sin defensas, y que ciertamente fue habitado entre los siglos VII y V a. C. y abandonado de forma pacífica. (2)
Arquitectura oriental y orientalizante de la península ibérico. El poblado orientalizanta de "El Palomar" (Oliva de Mérida). Javier Jiménez Ávila y José Ortega Blanco. Autores: Diego Ruiz Mata (coord.), Sebastian Celestino Pérez (coord.) Editores: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, Instituto de Historia. 2001. ISBN: 84-607-1743-7.
Bronce y trabajo del bronce en el poblado orientalizante de “El Palomar” (Oliva de Mérida, Badajoz). Por Ignacio Salvador Rovira, José Ortega Montero y Javier Jiménez Avila, 2005


Tradiciones antiguas pretenden situar el origen del pueblo de Oliva de Mérida  en un enclave fundado en el año 1897 a. C., bajo el topónimo de “Obriga”, por un mítico rey de España llamado Brigo.
Noticias de semejante naturaleza pretenden también conectar el lugar con una Cesaróbriga reedificada por Octavio Augusto sobre las ruinas del enclave mencionado anteriormente.
Otros cronistas datan su origen en el siglo XII, reedificado por el rey emeritense Alhagio, con el nombre de “Ogiva”, del que derivaría el posterior de Oliva.
Cierto es, en todo caso, que en tiempo de los árabes, el núcleo ya existía como centro poblado.
En la crestería de la Sierra del Espíritu Santo, aparecen vestigios de los que se supone fue un castillo o una fortificación musulmana para la defensa del lugar o una atalaya de vigilancia, aunque sin documentar.
Las primeras noticias históricas  documentadas acerca del núcleo, datan del año 1234, por la ocupación de Fernando III, con la colaboración de las Órdenes de Santiago y Alcántara, en el transcurso de las operaciones para la toma de Medellin.

Tras su ocupación por los cristianos, la aldea se integró, con título de Encomienda, en la Orden de Santiago; pero no bajo la jurisdicción del partido de Mérida, sino integrada en el de Hornachos, a cuya demarcación, junto con otros 14 núcleos de la comarca, fue adscrito este enclave en el siglo XV por los Reyes Católicos.
Suprimido el partido de Hornachos en 1640, la Oliva pasó a depender del de Llerena. 
A finales del siglo XVIII, la población, ya con categoría de villa, se ufanaba de no reconocer más señorío que el del Rey Nuestro Señor, como Gran Maestre de la Orden de Santiago.

Fernando III El Sabio



El apelativo que denota la conexión de la localidad con Mérida data de época relativamente reciente, pues todavía a finales del siglo XVIII, el mismo alternaba aún con el de Oliva de Extremadura con que se distinguía a esta población para diferenciarla de la Oliva de Jerez de los Caballeros (hoy de la Frontera) y otras de España. En tiempos anteriores, el nombre de la localidad fue, sencillamente, La Oliva o La Oliba.



CarlosIII




En esta misma situación jurídica, aunque últimamente denominándose ya Oliva de Mérida, se mantuvo la población hasta que, con la reorganización administrativa de 1833, pasó a integrarse formalmente en el partido de Mérida.







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