Obra de sencilla arquitectura originaria del siglo XVI y con numerosas remodelaciones posteriores.
Conquistada Mérida del poder sarraceno, ella y toda su comarca pasan al poder de la Orden de Santiago, entre el 1231 y 1254. El fin primordial que impulsó dicha Orden, era repoblar los territorios y fundar aldeas. Y éstas, en cuanto contaban con un número suficiente de vecinos, eran dotadas de un templo parroquial. Eso mismo debió ocurrir con Oliva, que fundada sobre el siglo XIII, la Orden de Santiago la dotaría de un templo reducido según su número de habitantes, pero con el aumento de la población debió ser sustituido por otro de mayores proporciones.
Es casi seguro que el pueblo se situaba originalmente en las faldas de la sierra del Morro, y seguro que fue allí donde se alzó su primer templo parroquial, lo que hoy es un viejo cementerio abandonado y más antiguamente ermita de S. Blas y del Espíritu Santo, construido sobre el siglo XV.
Al escoger los oliveños para levantar sus nuevos hogares un lugar más apto y propicio, el lugar que hoy ocupa, seguro que se construyo la Iglesia de la que ahora tratamos.
Esta, aunque se creía que tuvo por titular a S. Blas, no es cierto, ya que la titular de la parroquia, por lo menos desde el siglo XVIII fue la Inmaculada Concepción y aunque incluso actualmente la imagen de S. Blas parece presidir el viejo retablo mayor, es porque allí se colocó en 1820, cuando su ermita, se convirtió en cementerio parroquial.
Cuenta esta parroquia con dos partes muy diferenciadas: la parte de la cabecera, sostenida con pilares oblicuos y de menor altura que la parte de la nave central. Debiendo ser la primera de finales del siglo XV y la segunda del XVI, pero muy transformada.
El recinto se haya cubierto por un tejado a dos aguas, y a sus pies se alza la torre de tres cuerpos, cubriéndose con cúpula piramidal.
En el último cuerpo se abren tres huecos, que albergan las campanas, contando hoy sólo con dos, una de ellas con el nombre de Santa Catalina, inagurada cuando regentaba la parroquia D. Francisco Vaca y de la que fueron padrinos el médico titular D.Antonio Moreno Guerrero y su esposa Dña. Catalina Yanguas Bohorquez.
En una de las fachadas de dicha torre, se sitúa el reloj, obra al parecer del relojero emeritense apellidado Soriano, e inagurado el 6 de Agosto de 1806 según reza en una inscripción casi ilegigle.
Cuenta el recinto con tres portadas, la del lado del Evangelio, hoy cegada, la principal o del Perdón a los pies del lugar y la del lado de la Epístola. Las tres son de ladrillo de estilo mudéjar, con arco de medio punto, pilastras laterales y frontón triangular.
El interior cuenta con una sola nave con capilla mayor, a la que se asciende por unos escalones, de planta poligonal de cubierta de sencilla bóveda de crucería granítica.
La nave central está dividida en tres tramos por pilastras graníticas de poco espesor, que sostienen arcos de medio punto y mide 31,5 * 12,7 m. Está recubierta con bóveda de cañón, y recorrida toda alrededor por una cornisa, en la cual cada ciertos tramos se adorna de unos bustos de angelotes y los 4 evangelistas, tallados en piedra granítica.
Al lado derecho de la capilla mayor, se encuentra la sacristía, adintelada, llevando a sus lados pilastras que apoyan sobre un pedestal con casetones y cornisa. Las pilastras se adornan con hojas de acanto enlazadas unas con otras y sobre la que monta una doble cornisa, ornamentada con idénticos adornos vegetales. Entre cornisa y cornisa campean cabezas de angelotes. Y sobre ella un escudo del Priorato de San Marcos de León coronado por una concha santiaguista, que lleva en su interior la cruz de Santiago y sobre ella un león.
La pila bautismal, obra del siglo XVI, tiene un brocal octogonal y por la parte exterior de la copa se ven grabadas en la piedra granítica diversos estilos de cruces, recorriendo toda la cornisa de la pieza una inscripción latina muy deteriorada, de la que apenas se pueden leer algunas sílabas. Se apoya en un trozo de columna de mármol, al parecer de origen romano.
El coro parroquial se sostiene por dos potentes columnas de hierro.
El templo a lo largo de los siglos ha sufrido numerosas reparaciones, muchas de las cuales desconocemos. Consta que eran frecuentes las reparaciones de la cubierta y tejas y algunas veces el picado de la piedra granítica de las bóvedas.
En 1770 consta el pago de unos cientos de reales a cierto maestre alarife que picó las bóvedas de la iglesia. Esto nos da a entender que por ese año aún existía la bóveda de crucería que sería sustituida años después por la de cañón.
La sacristía antiguamente se cubría con bóveda de crucería, así como una habitación que sobre ella se levanta y a la que se asciende por una escalera.
En dicha bóveda de crucería se encontraban tres nervaduras por lado, y de las que todavía se pueden contemplar sus arranques, debiendo hundirse en 1790.
En las cuentas de dicho año se anota lo que se pagó para restaurar la bóveda hundida de la sacristía.
En 1983 se hundió parte de la bóveda del templo, que fue restaurada con la generosa aportación de los feligreses y oliveños emigrantes.
Hacer constar que desde el s. XIII los difuntos eran enterrados en el recinto de las iglesias, pagándose a las mismas ciertos derechos de enterramientos, los cuales en Oliva en el siglo XVIII eran de 20 reales y una libra de cera para los más pudientes y de 6 reales para los jornaleros y gratis o de caridad para los de solemnidad. Incluso algunas familias tenían en propiedad algunas sepulturas, aunque en Oliva eran normalmente de alquiler. En esta parroquia existía una lápida funeraria de granito, coronada por una calavera y tibias entrecruzadas, y que al parecer perteneció a un tal F. Cortés, fallecido en 1680.
El continuado sepelio de difuntos en el templo, obligaba a levantar frecuentemente el enlosado del mismo, así como también la insalubridad que daba, obligó a las autoridades civiles a prohibir el enterramiento en ellas en 1799, dándole a las autoridades eclesiásticas un margen de tiempo para que se habilitasen otros lugares de enterramiento. En Oliva se habilitó dicho lugar en la Ermita semi-abandonada del Espíritu Santo o San Blas, en 1820.
Cuenta la parroquia con:
-Retablo Mayor
-Retablo del Cristo Crucificado del siglo XVI, siendo lo más valioso artísticamente. Bajo la mesa del altar del retablo, y resguardada por un cristal se encuentra la imagen del Cristo de brazos articulados, la cual sirve el Viernes Santo para recrear el Descendimiento de la Cruz, y posterior procesión del Santo Entierro. Al lado del Evangelio de Este retablo se encuentra la imagen de la Virgen del Carmen, y la de Jesús el Nazareno, esta última del siglo XVIII.
-Capilla de Dña. María Olea Ibáñez:
Situada en la nave central, al lado del Evangelio, para comunicarla con la iglesia se abrió en el muro de la misma un arco de medio punto, hoy ya cerrado.
Fue esta señora natural y vecina de Oliva, donde poseía el cortijo de Trasierra y una enorme casona que donaría a la parroquia (la actual Casa del Convento). Por su generosidad el Obispo de Badajoz, D. José Mª Alcaraz Alenda, le concedió esta capilla al Santísimo Sacramento, que a su vez sirviese para sepultar sus restos y los de sus antepasados.
-Retablo de S.José:
-Retablo de Nuestra Señora de los Dolores:
-Retablo del Corazón de Jesús.
-Orfebrería religiosa:
A destacar la Cruz procesional de plata, del autor emeritense José Corchero; un cáliz de plata, del mismo autor, una custodia y crismeras de plata, un incensario, una concha de bautizar, vinagretas y también de época moderna un copón de plata con el apostolado tallado.
Una pieza de especial mención por su gran tamaño es la lámpara de plata que cuelga en el centro de la nave de la Iglesia, de unos 80 cm de diámetro.
Párrocos que han ido administrando la Iglesia de Oliva desde finales del siglo XVI hasta nuestros días:
1575-1598 Franciso Gallego.
1598-1599 Bartolomé Pérez de Llanos.
1599-1616 Alonso Pérez.
1616-1619 Juan de Escolar.
1619-1622 Bartolomé de Escobar.
1622-1627 Ldo. Juan de Araoz.
1627-1634 Miguel Martín Cortijo.
1634-1675 Ldo. Juan Montero Villalobos. Natural de Oliva y religioso de la Orden de Santiago, y muchos años Vicario General del Priorato de S. Marcos de León y cuya familia estuvo entroncada con las principales de la localidad.
1675-1682 Juan Suárez Hernández.
1682—1686 Ldo. Diego de Mendoza Barrena, religioso de la Orden de Santiago.
1686-1691 Bartolomé Yangüas y Torres, cura interino natural de Oliva.
1691-1696 Alvaro Ragel Barrena, religioso de la Orden de Santiago
1696-1712 Rodrigo Pizarro, religioso de la Orden de Santiago
1712-1717 Gaspar Hernández Amador, religioso de la Orden de Santiago.
1717-1727 Ldo. Alonso Sebastian de la Barrera, religioso de la Orden de Santiago y Provisor de Mérida.
1727-1753 Pedro Gónzalez de la Rubia.
1753-1768 Juan Flores Rebollo.
1768-1781 Antonio de Quirós.
1781-1815 Casimiro Espinosa de los Monteros.
1815-1834 Antonio María Sorores.
1834-1852 Antonio María Toboada.
1852-1869 Victoriano Fernández
1890-1894 Saturnino Toribio.
1894-1898 Martin Granero Montero.
1898-1922 Ldo Juan Hidalgo Gómez
1922-1923 Roque Pino Manchado.
1923-1927 José María Lozano, cura regente.
1927-1933 Juan Ballesteros Macías, natural de Puebla de la Reina. En ese año hizo cambio con el cura de ese pueblo, que era natural de Oliva, José María Pérez Lagos.
1933-1936 Jesús Corrales Lázaro.
Desde este año la parroquia la sirven capellanes militares destacados en el pueblo con tropas que cubrían el frente de guerra. Fueron estos:
1936- Elías Martinez Ruiz, D, Julio Blanco Paredes.
Octubre 1938-Agosto 1944 Francisco Horrillo.
1944- Junio1959 Francisco Vaca Dominguez.
1959-1966 Lorenzo Pizarro Díaz
1966-2006 Eloy Meca Lázaro, natural de Montanchez, donde canto misa por pirmera vez en el año 1962 y ordenado ya sacerdote fue enviado a Puebla del Prior, donde estuvo 4 años. A partir de entonces, desde 1966 está en Oliva (40 años).
Eloy Meca es el quinto de ocho hermanos de una familia humilde. Desde muy pequeño le atrajo la vocación de ser sacerdote, asistiendo todos los días a misa, siendo monaguillo hasta ordenarse en el año 1962.
Asimismo, estuvo durante un tiempo dando clases de religión en el instituto de Guareña hasta que se jubiló a los 65 años.
Residió en la casa parroquial con su hermana Faustina. Es querido en el pueblo y entiende y conoce a sus vecinos por todos estos años al servicio de la parroquia de Oliva de Mérida. Hombre paciente, estricto en las normas, le gusta el orden y la perfección y que nada le falte en las misas.
Preguntado en una entrevista sobre sus buenos y malos recuerdos dice que siempre recordará con satisfacción el día que el seminarista Manrique Hernánz Carroza, hijo de Oliva de Mérida, se ordenó sacerdote en la parroquia de la Purísima Concepción por mediación suya.
Por el contrario, vivió momentos amargos con la muerte de su madre Teófila en 2004; o la misa de cuerpo presente del niño fallecido electrocutado el 25 agosto del 2005 en el parque del Gamonal.
Don Eloy, por todas estas vivencias y otras, se ha convertido en un personaje muy vinculado a los oliveños, con toda una vida dedicada a ellos durante 40 años, (se jubila como parroco a los 70 años)
Durante su mandato cabe destacar la restauración de la bóveda de la parroquia en 1983; La reforma del piso de la Iglesia, La construcción de la ermita a Nuestra Sra., de Fátima en el Gamonal, y se restauró la casa donada a la parroquia por Dña. María Olea.Y también ha colaborado en periódico HOY con noticias de la localidad.
2010-???? SEQUEDA DELGADO, JOSÉ ANTONIO Párroco de la Purísima Concepción en Villagonzalo Administrador parroquial de Sta. Marina en Valverde lde Mérida y de la Purísima Concepción de Oliva de Mérida
Bienes parroquiales.-
Esta parroquia contó con 5 ermitas, un hospital, casa diespital, casa diezmera, numerosísimas cofradías y cuantiosas propiedades inventariadas, aunque cuenta con un escaso archivo parroquial.
Perdidas las antiguas y numerosas propiedades eclesiásticas, confiscadas por las leyes desamortizadoras de Mendizabal, hoy la parroquia sólo cuenta con los siguientes bienes:
-El solar del antiguo cementerio parroquial del Espíritu Santo (inagurado en 1820 y clausurado en 1918), el cual necesita una buena restauración antes que se pierda por completo.
- El 17 Marzo 1956 según consta en la escritura autorizada por el notario, el Obispado de Badajoz compra a Dña. María Olea Ibáñez, natural de Oliva, y vecina de Badajoz, la casa nº 21 de la Calle Calvo Sotelo, (actual calle Castelar), reservándose la propietaria el usufructo de la misma hasta su muerte. La casa posee unos 400 m2 y dos pisos. En 1977 el Obispado pone a disposición de la parroquia de Oliva de Mérida dicha casa, para que en ella se pudiesen cumplir los fines que para ella reseño su anterior dueña, que no eran otros que fundar un asilo de ancianos. En la citada casa, hoy conocida como La Casa del Convento, han pasado monjas de diferentes congregaciones religiosas, y hoy en día no se utiliza sino para alguna reunión u acto.
Es de extrañar que una parroquia que desde principios del siglo XV gozaba de una buena economía, debido en gran medida a que gozaba de la categoría de Encomienda, y cuyos comendadores estaban obligados a sostenerla con decencia, hoy no cuente con un acervo artístico más importante en cuanto a retablos, imágenes y pinturas.Los bienes artísticos que conserva en el día de hoy son la mayoría del siglo XVIII.
Recientemente en el DOE número 136. Jueves 16 de Julio de 2015 se ha publicado una resolución de la Dirección Gral. de Patrimonio Cultural, por la que se incoa expediente para la inclusión en el Inventario de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura, como Bien Inventario, los bienes de la Iglesia Parroquial de Oliva:
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