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3.5.1.Las Candelas






Orígenes de la Fiesta
En tiempo de Jesús, la ley prescribía en el Levítico que toda mujer debía presentarse en el templo para purificarse a los cuarenta días que hubiese dado a luz y ésta acudía alli en compañía de su esposo para llevar una ofrenda: un cordero y una paloma o tórtola.
Con respecto al niño, todo primogénito debía ser consagrado al Señor, en recuerdo de los primogénitos de Egipto que había salvado Dios.
José y María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén pero como eran pobres, llevaron dos palomas blancas. Al entrar, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y lo bendijo diciendo que Él sería la luz que iluminaría a los gentiles. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar.
El día 2 de febrero de cada año, se recuerda esta presentación del Niño Jesús al templo, y también ese día, se recuerdan las palabras de Simeón, llevando candelas (velas hechas de parafina pura) a bendecir, las cuales simbolizan a Jesús como luz de todos los hombres. De aquí viene el nombre de la “Fiesta de las Candelas” o el “Día de la Candelaria”.

La Virfen de las Candelas ess una de las muchas  advocaciones (nombres) de la Virgen María. Tuvo su origen en Tenerife y desde el año 1599 es la patrona de todo el archipiélago canario. Su devoción se extendido por la península y por toda Hispanoamérica.

 
Las Candelas en Oliva


Podemos afirmar que aunque desde principios de siglo XX se viene celebrando como patrona de Oliva Nuestra Señora de la Candelaria, sin embargo y según confesaba en el siglo XVIII el párroco Sr. Espinosa de los Monteros, el patronazgo le pertenecía a Nuestra Señora del Carmen y a la Virgen de la Inmaculada.
Esta festividad era de precepto, y la procesión generalmente recorría las calles más cercanas al templo.
En las cercanías del sitio llamado “El Rollo”, debió de construirse la ermita a finales del siglo XVI. Era un edificio de mampostería con portada adintelada de granito y aproximadamente con una superficie de 10 * 10 m. El culto de la imagen y el mantenimiento de la ermita solian ser confiados a una cofradía, que para estos fines contaba con algunas tierras donadas por los fieles y una punta de vacas con cuya venta se conseguían algunos ingresos para dichos fines.
La ermita, tras las leyes desamortizadoras del Ministro Mendizabal en 1883 fue confiscada y vendida en pública subasta.
Hoy lo que queda de ella, es propiedad privada y está convertida en un corralón o garaje.
La imagen de la virgen fue llevada a la parroquia y se venera en el retablo mayor, siendo una talla de madera policromada.
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En Oliva se celebra con gran solemnidad, celebrándose la noche antes una concurrida verbena, donde no puede faltar la tradicional hoguera (“candela”), donde sin duda los vecinos y forasteros que acuden a la fiesta, se calientan de estas crudas noches del mes de febrero.


Así mismo el día 2 por la mañana se ofrece una misa a la virgen, y sale en procesión con velas benditas encendidas (que después, antiguamente, solían sacarse en las casas cuando había tormenta o cuando había algún enfermo).





Son típicos de esta fiesta los tradicionales retorcidos.

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